Para la medicina familiar, el paciente es un ser integral, parte importante de una familia, miembro de una sociedad, pieza clave de una cultura. Aunque en nuestro país, esta rama de la medicina lleva poco más de treinta años, no fue hace mucho que Ecuador pudo vivir dos eventos científicos internacionales especializados en esta rama de la medicina: la V Cumbre Iberoamericana de Medicina Familiar, en el 2014 y el I Congreso de Medicina Familiar, en el año 2018.
A partir de estas gratificantes experiencias, que convocaron en nuestro país a cientos de profesionales de la salud del primer nivel de atención para compartir investigaciones e intercambiar conocimientos e información especializada, hemos organizado en este 2022 la segunda edición del Congreso Internacional de Medicina Familiar. Así, entre el 1 y el 4 de junio y en modalidad híbrida – presencial y virtual – Ecuador será la sede del II Congreso Internacional de Medicina Familiar. Este congreso está dedicado a todo el equipo de salud, y presentará temas de interés tanto para éste como para otras áreas profesionales, como la sociología, la psicología, el trabajo social, entre otras.
"Seguimos soñando para construir realidades".
Conversamos con el Dr. Edgar León, expresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Medicina Familiar y director del evento, sobre lo que esta segunda edición tiene preparado.
¿Por qué es importante que exista un congreso internacional de medicina familiar en nuestro país?
En esta edición del congreso, nuestra consigna es poner al conocimiento y la innovación al servicio de la salud y la vida. El II Congreso Internacional de Medicina Familiar Ecuador será la oportunidad para los profesionales de la salud de intercambiar y fortalecer conocimientos basados en las competencias que debe tener un médico familiar.
Pero también es darle continuidad a la labor que venimos realizando desde el 2014, cuando siendo un pequeño equipo de máximo veinte personas, la Sociedad Ecuatoriana de Medicina Familiar organizó en Quito la V Cumbre Iberoamericana de Medicina Familiar. Esta cumbre contó, además del científico, con un fuerte componente político, poniendo a Ecuador en el mapa internacional de la medicina familiar: causó un gran impacto y hasta el momento sigue estando catalogada como una de sus mejores ediciones, hasta el punto de que en un discurso en la OMS se habló de Quito, Luz de América, como Quito, Luz de la Medicina Familiar.
¿Cómo empezó la idea de organizar desde la SEMF estos encuentros científicos internacionales?
Pues creo que ha sido mucho un proceso de soñar para empezar a actuar. La primera vez que asistí en Praga a una Cumbre de Medicina Familiar, fue para presentar a Ecuador como país y a la Sociedad Ecuatoriana de Medicina Familiar como una entidad científica de una veintena de miembros con el sueño común de verla crecer. Y de esa experiencia se concretaría la posibilidad de ser la sede de la V Cumbre de Medicina Familiar. Y así mismo fue como pudimos, cuatro años más tarde, materializar un nuevo sueño, la realización del I Congreso Internacional de Medicina Familiar, del cual nacerían también los ejes de este nuevo congreso que estamos organizando en el 2022 .
En ambas experiencias, estuvimos rodeados de dudas, incluso por parte de muchos miembros del equipo, que al ser una sociedad tan pequeña, temían no lograrlo. Y finalmente, tanto la cumbre como el congreso fueron eventos existosos y muy concurridos.
Ahora nos enfrentamos a un nuevo reto, a integrar en esta temporada incierta y de pandemia, un componente que consideramos vital para la realización de un evento científico: el presencial. Mucha gente dice de esa idea que es un absurdo, pero yo digo muy bien, lo mismo pensaron de la primera cumbre, si es así, nosotros vamos a continuar haciendo absurdos. Así, contaremos con talleres presenciales que se realizarán en cuatro ciudades del Ecuador, en un congreso que es además, un evento libre de industria farmacéutica, lo que vuelve aún más grande el desafío de su realización.
¿Cuáles son los ejes de II Congreso Internacional de Medicina Familiar?
Los ejes del congreso han sido, desde nuestra primera edición, los ejes internacionales de competencias de medicina familiar: interculturalidad, enfermedades crónicas, cronicidad y metabolismo, salud colectiva y política pública, sociedad, sostenibilidad y salud (ODS), vulnerabilidad y socioantropología en salud, educación en salud y salud mental y espiritualidad. A estos, hemos sumado ejes transversales pensando, por ejemplo, qué destrezas necesita en innovación o en educación un médico familiar. Cada una de esas destrezas se transforma en una conferencia, en una ponencia o en un taller, siempre atravesados por estos ejes, es decir, como médico familiar necesito tener competencias en educación pero no centradas en una educación lineal, sino en una fundamentada en el paciente, con estrategias de evidencia médica y la prevención como eje de una relación médico-paciente.
¿Qué beneficios obtendrán los participantes del congreso?
El beneficio principal es participar de un evento científico fundamentado en los ejes de competencias que debe tener un médico familiar según la normativa internacional, integrándolos con evidencia médica y con el resto de equipo de salud, creando una visión basada en perlas técnicas, desde todos los ejes del individuo, la familia y la comunidad. Esa es la fortaleza que va a tener el congreso: la integralidad con competencias, con el entorno y con calidad científica, presentada con innovación tanto educativa como tecnológica. Esta innovación es aún más importante para el médico familiar ahora que podemos hablar de una era post-COVID, un contexto que tiene sin duda una gran similitud con una era post-guerra. Por esto, la innovación y la integración serán las claves de este nuevo congreso.